sábado, 7 de diciembre de 2013

Diferencia entre Amar y Querer






Hay que distinguir la diferencia entre querer y amar. El concepto querer lleva implícita la idea de posesión. Te quiero para algo, para que estés conmigo, para que me acompañes, para que compartas alguna actividad, etc. A fin de cuentas, los seres queridos son seres de los que se espera algunos comportamientos que nos causen satisfacción. Querer es, generalmente, causa de sufrimiento. Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad que la otra persona tenga otras motivaciones, pues todos somos muy diferentes entre sí. Cada ser humano es un universo. Amar es desear lo mejor para el otro, aún cuando éste tenga otras motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aún cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento altruista y desinteresado. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento. Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha esperado del otro. Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, se da por el simple y puro placer de dar. Amar produce un gozo profundo. Es la alegría de dar. La única manera de darse cuenta de esto es empezar a aprender a amar. Se puede comenzar por actos pequeños, con las personas a quienes más queremos. Luego, debe extenderse a todas las personas, en todo momento. “Es difícil encontrar que alguien me ame. Es más fácil encontrar que alguien me quiera para algo, mientras sea necesario y útil para alguien. Pero son pocas las personas que dan amor altruista y desinteresado.” Pero si bien es difícil encontrar a alguien que me ame, tenemos más de seis mil millones de personas, en todo el mundo, que necesitan amor. Y la mayor felicidad no está en ser amado, sino en la acción de amar al otro. De modo que nuestra felicidad y gozo está asegurado si dejamos nuestro egoísmo. Seguro que a nuestro alrededor hay cientos de personas que serán felices cuando compartamos con ella nuestro amor. Y no hay problema al darlo: dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta.


Imagen Quien merece tu sacrificio

lunes, 18 de noviembre de 2013

"APRENDIENDO", de Jorge Luis Borges.


JORGE LUIS BORGES.


"Después de un largo tiempo,
uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor, no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender....
Que los besos no son contratos
y los regalos no son contratos
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes....
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo,
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende....
y con cada día uno aprende".




domingo, 17 de noviembre de 2013

"LOS DESEOS", de Víctor Hugo.



VÍCTOR HUGO.

"Te deseo primero que ames y que, amando, también seas amado.
Y que, de no  ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que sea útil, más no insustituible, y que en los momentos malos,
cuando no quede más que nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste, no todo el año, sino apenas un día; pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo que acaricies un gato, alimentes un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera, te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas está hecha un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico, y que por lo menos una vez al año pongas algo de ese dinero enfrente a ti y digas: << Esto es mío>>, sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer,
y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, aún sobre amor para comenzar.
Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más que desearte".