lunes, 18 de noviembre de 2013

"APRENDIENDO", de Jorge Luis Borges.


JORGE LUIS BORGES.


"Después de un largo tiempo,
uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor, no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender....
Que los besos no son contratos
y los regalos no son contratos
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes....
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo,
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende....
y con cada día uno aprende".




domingo, 17 de noviembre de 2013

"LOS DESEOS", de Víctor Hugo.



VÍCTOR HUGO.

"Te deseo primero que ames y que, amando, también seas amado.
Y que, de no  ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que sea útil, más no insustituible, y que en los momentos malos,
cuando no quede más que nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste, no todo el año, sino apenas un día; pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo que acaricies un gato, alimentes un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera, te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas está hecha un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico, y que por lo menos una vez al año pongas algo de ese dinero enfrente a ti y digas: << Esto es mío>>, sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer,
y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, aún sobre amor para comenzar.
Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más que desearte".