¨Me enamoré sin preocupación de lo que pensarán,
de lo que dijeran,
incluso sin preocupación de lo que tú pudieras sentir.
Me enamoré porque no tenía opción,
porque en el amor nunca se elige,
porque sólo pasa,
y ya, sin explicación.
Me enamoré cuando menos lo pensaba,
cuando menos lo quería,
cuando menos buscaba ese amor.
Me enamoré, si medida, sin angustia,
sin pensar en nada más.
Me enamoré, porque llegaste, eso sí,
en el momento preciso,
cuando mi cuerpo entero estaba listo,
cuando mi alma entera estaba en paz,
cuando mi vida entera la podía dar.
Me enamoré pues, y no puedo hacer nada,
sólo amarte en cada respirar,
de día y de noche,
de malas y de buenas,
triste y feliz,
a cada momento,
sólo a ti, sólo a ti amor mío.
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